A cualquier apasionado del vino le encantaría tener su propia bodega o sala para atesorar sus vinos más apreciados, pero claro, la mayoría de los mortales no podemos permitirnos prescindir de un espacio amplio sólo para botellas.
Para el arquitecto Murray Berrill el espacio no supone ningún impedimento y realiza trabajos como el que ves más abajo. Básicamente se trata de aprovechar las escaleras de un piso o casa para utilizarlas como bodega personal. 156 botellas de vino en una bodega-escaleras, mola.



Siempre puedes hacer botellón en las escaleras…
y directo a la piltra :)))´
o al retrete ^^
:))´
Sube y baja despacio, y sin taconear. Se pondrá mal el vino.
A cualquier apasionado del vino le encantaría tener su propia bodega o sala para atesorar sus vinos más apreciados.
CORRECCIÓN
A cualquier apasionado del vino enloquecería si saber que la vibración arruinará todos sus vinos.
Comments are closed.