Tiene más de 40 años y sigue siendo habitual encontrarlo en las camas o cunas de los más pequeños.
El Gusiluz es un clásico que no pasa de moda. Un gusano enorme (sí, un despreciable gusano) que tiene una funcionalidad peculiar: cuando lo aprietas, su cabeza se ilumina con una luz cálida y tenue.
Se supone que así evitas que los niños tengan miedo a la oscuridad y se puedan dormir más fácilmente. Grave error, ya que es igual de fácil acostumbrarlos a dormir sin luz, y no te has de pasar años dependiendo de «un punto de luz» para que el niño no llore. Pero para eso están los padres, para malcriar a sus hijos.
De cualquier forma, el muñeco en sí mismo era simpático. Y ahora puedes tener una versión de bolsillo con el Gusiluz más pequeño del mundo.
Hola!
Re lindo
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