Me parece triste y lamentable que adquiramos con tanta facilidad tradiciones norteamericanas ridículas como Halloween o Santa Claus y, en cambio, otras que son absolutamente adorables y maravillosas cuesten tanto de ser asimiladas aquí.
Nos referimos, por ejemplo, a la tradición de vestir en Navidad con un jersey de lana lo más hortera y feo posible. Con lo bonitas que serían nuestras cenas familiares compitiendo por ver quién es el más ridículo… En fin, esperemos que la naturaleza siga su curso y acabemos también imbuidos por esta tontería.
Para cuando llegue el momento, hay que estar preparados. Y serás el ganador en cualquier evento si, independientemente de la brillantez de tu jersey, lo complementas con estas lamentables zapatillas deportivas navideñas, decoradas con sus imprescindibles colores verde y rojo y el detalle del par de cascabeles en los cordones.
A otro que buena colleja no le vendría mal; o mejor, un pisotón a tiempo a ver si reacciona…
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