Chorizo, longaniza, salchichón, morchilla, butifarra… ¿Ya has empezado a salivar, queridisísima amiga? Pues vigila, porque si le pegas un bocado a una de estas piezas te vas a frustrar.
Es mejor que pienses en qué rincón de tu cocina (o de tu casa, en general) vas a colgar esta colección de charchutería manufacturada con materia prima de difícil digestión: básicamente, lana. En diferentes grosores y colores.
Puedes conseguirla en la primera Charcutería Textil de la Francia y, probablemente, del mundo.