Ahora ni se lo imaginan, las inocentes criaturitas, pero antes de que se den cuenta se habrá acabado el verano, el jijiji y el jajaja y ya estarán otra vez madrugando cada día para ir a la escuela.
Un trance doloroso que los pequeños aprenden a padecer desde su más tierna infancia. Luego, cuando cambian escuela por trabajo (en el mejor de los casos) ya están habituados a ese sufrimiento.
No hay soluciones mágicas, pero podemos hacer algunas cosas para suavizar ese martirio. Por ejemplo, ir equipados desde el primer día con la espectacular Jetpack Backpack.
No llegaremos volando, ni más rápido que con una mochila normal, pero podremos presumir de llevar la mochila más original. No le falta detalle, y los propulsores tienen un cremallera para poder utilizarlos como prácticos bolsillos.
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