Es un problema de difícil solución, pero algo habrá que hacer con la gente que tiene el mal gusto de utilizar una vestimenta que no combina con los alimentos que va a consumir.
Se trata de una falta de respeto hacia el prójimo que debería ser considerado delito federal.
La fotógrafa Kelsey McClellan junto a la estilista Michelle Maguire sufren con hastío, como la mayoría de nosotros, observando a sus congéneres haciendo gala de su lamentable sentido de la estética. A modo de terapia personal han realizado una bonita sesión fotográfica en la que se aprecia lo sencillo que resulta alimentarse sin cometer una aberración cromática.
Si alguien se ha dado por aludido, que tome nota.
Yo voy a ponerme mi outfit de camisa blanca con pantalones amarillos, que se me han antojado un par de huevos fritos.