Para los occidentales es difícil. Nos falta ese gen en el ADN. Los asiáticos sí lo tienen, y por eso dominan, desde muy pequeñitos, el arte de llevarse la comida a la boca con la única ayuda de dos palillos.
Una forma de comer acrobática, pero más civilizada que la nuestra. Para los orientales, vernos comer pinchando y troceando la carne sin miramientos es algo traumático, propio de salvajes. Por eso no es casual que sus avanzadas costumbres sigan expandiéndose por el planeta como una mancha de aceite.
Ante esa evidencia, hemos de ponernos las pilas y comenzar a aprender a comer con palillos. Puedes hacerlo por las bravas, como se ha hecho toda la vida, o utilizar este truco en forma de palillos para principiantes, con tenedor.
Son de madera de bambú y el truco es que están unidos por la base. Su flexibilidad permite ejercitar el movimiento de pinza sin temor a que el sushi acabe destrozado antes de llegar a nuestra boca. Y para salir de cualquier trance, por complejo que sea, la propia base tiene el diseño de un tenedor convencional.