Esta señora, maestra jubilada, es la dueña de un perro chihuahua llamado Pancho. Y vive en una bonita casa con dos plantas que se comunican con una escalera. Se trata de una escalera de las que tienen un espacio debajo que normalmente se cierra con una puertita para guardar trastos. También es común que ese lugar sea una puerta a mundos sobrenaturales y escondrijo de seres terroríficos, al menos en algunas películas.
Pancho es un perro afortunado porque ese hueco de la escalera no parece habitado por entes perturbadores y su dueña ha decidido no guardar trastos, sino fabricarle una impresionante habitación con todo lujo de detalles.
Una camita dorada, con un mullido colchón y su saquito, una cómoda para guardar sus cosas, una lamparita de sobremesa, una reproducción del famoso cuadro «Perros jugando al poker», alfombra, colgador… Es impresionante.
