En este pequeño bikini negro podemos encontrar dos pentagramas satánicos formados por tiras de tela; uno encima de los pechos y otro encima de las nalgas.
Aparte de su curioso diseño, lo que más nos gusta es lo que no se ve: las marcas de bronceado que quedarán sobre la piel después de algunas sesiones al sol. En esa situación, cualquier pecado de la carne que se nos pase por la mente quedará potenciado de forma espectacular.
Para los faltos de imaginación, dos conceptos: perrito y cubana. De nada.
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