Aunque el instinto nos obligue a vestir con este traje de Pacman todos y cada uno de los días que nos quedan de existencia, debemos ser sensatos y aceptar la realidad.
Un traje así solo es adecuado para ocasiones muy especiales, de las que se producen solo una o dos veces en la vida, como ir a recoger un premio Nobel o a comer bombones Ferrero Rocher a casa de Isabel Preysler, por poner un par de ejemplos evidentes.
Hacer acto de presencia en estos eventos equipados con esta vestimenta nos garantiza el éxito instantáneo, sobre todo si conseguimos pasar la velada diciendo exclusivamente las palabras mágicas: «waca, waca, waca, waca, waca, waca…»
Visto en GeeksAreSexy
Me parece un traje con mucho estilo la verdad. Te lo pones en una boda y llamas más la atención que el novio, eso seguro… jajajaja.
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