Un pequeño paso para una silla, pero un gran salto para la humanidad.
Si la civilización actual ha conseguido que unas decenas de sillas se aparquen correctamente ellas solas, cualquier futuro es posible, por muy utópico que parezca. Estamos ante un prodigio robótico que solo requiere de la acción de un humano que sepa dar una palmada, elemento clave para iniciar el proceso de reorganización.
Ahora, la verdad, no parece imposible que se haga realidad nuestro sueño: Una silla que te traslade automáticamente a la máquina de café de la oficina y, una vez concluida la misión, te retorne sano y salvo a tu escritorio.
¿Lo veremos antes de que finalice la presente década? Apuesto a que sí.
que pasada!!
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