Los soldaditos verdes protagonistas de tantas hazañas en nuestro jardín están algo cansados del militarismo recalcitrante al que los hemos relegado. Normal. Son muchos años de disciplina sin descanso y esta gente también necesita relajarse. Para mí eso es sinónimo de tirarme en el sofá y no levantarme hasta que haya una alfombra de Doritos bajo mis pies, pero esta gente no se puede estar quieta. Así que se han puesto a hacer yoga.
Que no os engañen: el yoga implica movimiento así que cuenta como deporte. Esa gente suda (me agobio sólo de pensarlo). En lugar de jubilar a los héroes y regalarles un paquete de pilas o un cartón de vino o las dos cosas si eres un tipo adinerado afincado en las altas esferas, los han puesto a hacer deporte. Después de toda una vida defendiendo el jardín. Es indignante, desde luego, y comprarlos fomenta su explotación. Lo dejo ahí.
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