Estos bloques y minifigs de Lego se pueden encajar entre ellos, son de diversos colores, de diversos tamaños, y tienen una virtud de la que carecen los originales: se pueden (y deben) comer.
Grant Thompson, en Instructables, te explica como puedes conseguirlo. No parece fácil, pero el premio merece la pena; tu también puedes tener tu propia fábrica de piezas de Lego dulces y comestibles.
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Ideal para psicópatas.
Todos conocemos a alguien que de niño trataba de arrancarles la cabeza a todos los muñecos de lego que encontraba.
Ahora además, podrán comérselas.
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