No tengo referencias históricas, pero estoy casi seguro de que la primera vez que alguien puso la figura de un gnomo en su jardín, otro tipo inventó la forma de putear al gnomo. Tanto es así que a día de hoy son más populares los gnomos puteados que los originales (en Quelovendan, sin ir más lejos, tenemos unos cuantos).
Lanzar a Godzilla contra unos pobres gnomos es una medida extrema, sí, pero la verdad es que lo piden a gritos. También hay que decir que es una versión pequeña de Godzilla, una especie de tablet del original, con las mismas funciones pero menor potencia.
Decir, por último, que me gusta mucho su mirada inocente, distraída, como si se hubiese encontrado a los gnomos y no le quedase otra solución que devorarlos porque, claro, es lo que uno hace en esas situaciones. Casi puedo imaginarlo ladeando la cabeza y mirándome con esos ojos mientras le grito «¡malo! ¡Godzilla malo! Gnomos no! ¡Huele el gnomo! ¡Mal! ¡Godzilla malo!.» Supongo que después me arrancaría la cabeza de un mordisco, pero la bronca se la he soltado.
Visto en Oh Gizmo!