Por más que uno intente compensar los placeres de la niñez durante la vida adulta hay cosas que son insustituibles. Los chupetes y defecar cuando quieras y no cuando puedas son un buen ejemplo, pero a lo que nos referimos aquí es a los caballos balancín.
Durante la vida adulta la única sustitución posible es la mecedora y ésta sólo llega a nosotros con la artritis y la dentadura postiza (en el mismo blister). Por suerte, Lanzavecchia y Wai han perpetrado el maravilloso balancín adulto, en versiones para uno o dos jinetes. Es cierto, sin embargo, que ya no parece un caballo y eso le quita parte de la gracia. Aunque las caídas y las roturas de tibias son las mismas, así que supongo que compensa.
Visto en Oh Gizmo!
Me acabo de acordar de…
http://cdn.randomfunnypicture.com/pictures/1795dont-want-ride-motorcycle.jpg
¿Es grave?
Al contrario, tienes una mente digna de admirar xD
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