Luke Jerram es un artista singular: su archiconocida serie de esculturas Glass Microbiology, en la cual lleva trabajando desde 2004, lo ha hecho célebre por unir la delicadeza del material usado con la brutalidad asociada al tema elegido.
Sobre estas líneas podéis ver la escultura de la bacteria Escherichia coli y, un poco más abajo, el viejo conocido virus Ébola, así como un vídeo del proceso de creación de la escultura del VIH. Por ahora no parece que esto suponga una seria competencia para las esculturas de Lladró que pueblan los hogares, pero poco falta para que la gente descubra que una bailarina de cristal al lado de una vasija de porcelana de los chinos con motivos ecuestres es una mala idea. En serio, muy mala.
Visto en Laughing Squid