El método más usado a la hora de estudiar es el de invocar a entidades incorpóreas para que amenacen al profesor con provocarle un dolor de muelas en el alma si se atreve a suspendernos (para el que no lo sepa, un dolor de muelas en el alma es uno de los dolores más terribles que existe porque funciona simultáneamente en todas las dimensiones de la existencia, no se puede extirpar de forma quirúrgica y además se pasa al oído más rápidamente que un dolor de muelas normal).
Pero cuentan las leyendas que hay otros métodos de estudio que incluyen el hecho de estudiar, y es para alimentar dichos mitos que existe la Cabina para Estudiantes. La cabina aísla al ocupante de toda distracción externa a excepción de ciertas interrupciones provocadas por tipos que la confundan con una letrina. Cuesta cerca de 2.000 euros y está hecha de madera y de la mala leche de un ingeniero que suspendió un examen de geografía y no pudo superarlo.
Visto en Technabob
todo el mundo sabe que esto tendra otros propositos que no son «estudiar»
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