Hay pocas cosas que proporcionen más placer que pedir una pizza a domicilio en una noche de lluvia torrencial y apocalíptica. Simplemente saben mejor. Y la visión del repartidor empapado es un plus que hay que saber apreciar en su justa medida (es probable que haya una relación entre todos estos factores y que las pizzas sepan mejor porque el repartidor haya introducido su propio plus en ellas como venganza, y no se lo reprocho).
Ante la lentitud de los cuadricópteros a la hora de sustituir a los repartidores e introducirse en el mercado de una maldita vez, la gente está empezando a tomar medidas al respecto. Entre esa gente están Darren Lewis y Phil Reilly, que han creado su propia «pizza voladora». No parece muy estable y me da la sensación de que cualquier entregada por ellos terminará siendo una calzone, pero no hay que dejar de admirar el esfuerzo.
Visto en Neatorama
Como campaña viral me parece estupendo.
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