Llega un momento en la vida de todo hombre en el que se descubre llevando los mismos calzoncillos durante tres días seguidos. La forma de descubrirlo pasa por intentar quitárselos y darse cuenta de que están pegados a la piel; en ese momento, la técnica de supervivencia rutinaria recomienda darles la vuelta para sentirse más limpio, pero el problema es que entonces se pegan a los pantalones, pasan los días, llega el momento de girar los propios pantalones y al final uno acaba teniendo que mudar la piel o exigiendo el exilio de su propio cuerpo o denunciándose por mala praxis.
El proyecto House Turned Inside Out de Martin Papcún es más o menos lo mismo pero aplicado a una casa. El equipo ha girado toda la casa por partes (la casa original es la que duerme sobre este párrafo) creando así un nuevo hogar. ¿Ha mejorado? Bueno, es más colorida.
Visto en Web Urbanist
Mi récord han sido 10 días sin cambiármelos. Olía genial, a los maricas les encanta que el nabo huela a polla. Las claves son: no tener prepucio, y quitarse los gallumbos para dormir, llevarlos puestos sólo durante el día.
Antes dormía sin calzoncillos, pero se me pegaban las sábanas y llegaba tarde al trabajo. Mis sueños son muy adherentes.
Hace mucho que nadie lo pide…
¿Videoreview?
Eso podrá quedar muy guai, pero a las 2 semanas cuando se esté pudriendo todo… Que?
Pues como a los calzoncillos, se le da la vuelta.
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