Desde que Pixar nos presentó a su Luxor Jr los flexos han resultado ser de las criaturas más simpáticas y adorables del planeta. Tienen algo que te hace confiar en ellas. De alguna forma, me parecería natural que los primeros robots personales fueran flexos: les confesaríamos nuestros más terribles secretos y a cambio ellos no conquistarían el mundo.
Un equipo formado por Shanshan Zhou y Adam Ben-Dror ha dotado de vitalidad a uno de ellos. Se llama Pinokio y posee una webcam para reconocer caras amigas y enfocarlas directamente a los ojos (no es un gesto muy amistoso, pero por lo menos es inocente). Estoy seguro de que en un futuro los vídeos de gatos enternecedores serán sustituidos por los de Pinokio y sus congéneres. De momento ya parten con la ventaja de no producir alergia.
Visto en Laughing Squid