Hay un artista alemán llamado Martin Heuwold que decidió transformar un puente triste y gris de su ciudad por algo más alegre.
Este es el puente original.
Y este es el puente que Martin tenía en mente.
Desde luego, no es lo mismo. Imagino que desde el puente original los niños escupían por despecho, llenos de frustraciones y ahora, en cambio, lo hacen por la alegría de vivir y el libre albedrío de la inocencia. Para ver más fotografías del proceso y otros proyectos, podéis probar en la página de Martin. No tiene desperdicio.
Visto en The Huffington Post
que le paso a la pagina… esto esta muerto.
Estamos repartidos por aquí, por allí y por allá 😉
its very2 creative….
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