A primera vista el Cocorobo parece uno más de esos robots de limpieza que pululan por los salones emitiendo tétricos lamentos. En principio lo es, pero la gente de Sharp le ha añadido un toque personalizado que lo convierte en algo más cercano a una mascota.
Además de las muchas funciones que habéis podido ver en el vídeo, Cocorobo sólo funciona correctamente si le hablas y lo usas todos los días. En caso contrario se enfurruñará y dejará de limpiar. Eso hace que su mantenimiento, basado en consultas al psicoanalista, salga realmente caro.
Llamadme paranoico, pero fabricar un robot de limpieza cuya virtud sea su capacidad para rebelarse no me parece una gran idea. Y lo peor es que dicen que van a mejorarlo; visto lo visto, igual le quitan la opción de discutir y le añaden una función exterminate!.
Visto en Topless Robot
Yo ya tengo uno así. Se llama «esposa»
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