No entiendo esto muy bien. Supongo que el diseñador japonés Sou Fujimoto quería hacer un retrete con jardín para que uno pudiera relajarse y concentrarse en lo interesante del asunto. O simplemente estaba harto de tener que ir al campo y limpiarse con piedras. O se sentía solo y por eso ha dejado el retrete con cristales transparentes y unas flamantes butacas para los interesados en ver el espectáculo.
Si alguien se identifica con alguna de las razones anteriores, que sepa que puede adquirir uno de estos maravillosos retretes por sólo 100.000 euros, jardinero no incluido.
Visto en The Huffington Post
Bueno, tampoco me he enterado de nada, pero eso jamás ha sido freno a la hora de contribuir con una opinión.
Mi apuesta es que se trata de un sistema ecológico de aprovechamiento inmediato de abono de factura humana. Lo de las butacas me ha desconcertado, aunque podría tratarse de asientos para que otros usuarios esperen su turno (que se debe de requerir numerosos contribuyentes para mantener ese jardín tan lozano). Que las paredes fuesen de vidrio también tenía su intríngulis, aunque podría ser por aquello de que ser ecológico es «in» y no falta el que quiera presumirlo.
Me pregunto si la propuesta lograra prosperar, o de lo contrario, el inventor quedara «desccionado» (me fascinó el «palabro» y tenía que usarlo).
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