Lo que yo entiendo por desayuno incluye una miserable tostada, un par de cafés y el vil primer cigarrillo del día con su correspondiente mareo. Una vez transcurridas dos horas, el despertado se atreverá a balbucear e intentar moverse escogiendo una dirección entre tres posibles: retrete, sofá o vuelta a la cama. En cualquiera de ellas se volverá a quedar dormido.
Dicen por ahí que hay otras variantes del desayuno que implican alimentarse y ser persona. Una de ellas es la que consta de crepes, mantequilla, sirope y una alfombrilla de panceta. Personalmente, yo soy más de la primera clase, pero debo reconocer que el edredón es hermoso. Y práctico: si vomitas encima nadie notará la diferencia.
Visto en Next Gadgets
lo veo dificil de lavar
Esto si que es un buen invento!. Si te levantas con hambre a lo mejor acabas desayunando en la cama, y nunca mejor dicho…
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