Aunque las técnicas de educación infantiles actuales se basen en el diálogo y el compromiso, los que tenemos unos pocos más de años recordamos los tiempos en que cuando algo hacías mal el diálogo se reducía a la zapatilla de tu madre y tu culo (o lo que sea que le pillara más a mano).
Pero claro, como digo los tiempos cambian, los hijos se tienen cada vez más tarde y por lo tanto ya no se posee tanta energía para perseguir a un niño para darle su merecido (dialécticamente hablando, se entiende). Pero si se quiere recurrir, aunque sólo sea por recordar, a los viejos métodos, alguien al fin ha inventado el complemento ideal de toda madre que considera que dos cachetes (o zapatillazos) a tiempo son la mejor solución a muchos problemas con los hijos: la zapatilla boomerang. Ains, menos mal que a mí me ha pillado muy mayor para que mi madre me persiga zapatilla en mano…
Visto en Blog de humor
Este invento estoy casi 100% seguro de que ya lo vi en este blog antes, pero no logro encontrar el artículo.
estas errado, esto no es un repost
¿Y cómo andas con eso? Debería estar en la zapatilla izquierda o en la derecha orientado hacia fuera XD
Bueno, no creo que estas zapatillas estén pensadas para caminar mucho, precisamente…
Y claro dais por hecho que nadie tiene la planta del pie con el talon a 90º y una talla 90…
jajajaj
Dios, me estoy imaginando la zapatilla con una cámara grabándola en desde un punto de vista de espectador, moviéndose como un boomerang e impactando contra el trasero de un perro.
«Muerde esto, bestia peluda»
Este invento esta destinado al Fracaso Total… A mi madre no le hacia falta la zapatilla Boomerang para que esta, despues de ser lanzada, no solo doblara esquinas, te encontrase, te diera un par de zapatillazos, sino que, ademas, volvia misteriosamente a su mano para arrearte otra tunda si descubria que, por esas cosas del destino se te ocurria decir «Pues no me ha hecho daño»…
Pero cómo se os ocurre postear esto?
Si mi madre lo viera… Errando el primer lanzamiento de zapatilla no hay problema porque siempre vuelve.
¿Es que no pensáis en los hijos? Qué desconsideración… jajaja
Claro que no, yo ya no soy hijo «zapatilleable» 😀
Comments are closed.